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13/Abr/2023

La neuralgia de Arnold, también conocida como neuralgia occipital, es un síndrome doloroso producido por el atrapamiento del nervio de Arnold que emerge de la segunda vértebra cervical. Se caracteriza por un dolor intenso en la base del cráneo y en la parte posterior del cuello, que puede irradiarse hacia la parte superior de la cabeza y los oídos.

¿Por qué se produce la Neuralgia de Arnold?

  • Puede surgir de manera espontánea a personas que sufren mucho estrés, ansiedad y tensión emocional. El estrés puede provocar una tensión involuntaria y constante, incluso durmiendo, de los músculos del cuello y de la zona sub- occipital.
  • Por traumatismos físicos como un accidente de tráfico.
  • Actitudes posturales inadecuadas, como estar mucho tiempo con la cabeza orientada hacia abajo (ordenador, móvil…)
  • Otros factores a tener en cuenta: artrosis cervical, artritis cervical, hernias…
  • Además, las personas que sufren de migrañas o dolores fuertes de cabeza son más propensas a sufrir la neuralgia de Arnold, aunque no debemos confundirlo.

Síntomas de Neuralgia de Arnold

  • Uno de los síntomas principales de la Neuralgia de Arnold son los múltiples y agudos pinchazos que siente el paciente en la base de la cabeza o nuca (occipilates) que puede irradiarse hasta los ojos . El paciente tiene la sensación como si le tirasen del pelo.
  • El dolor es frecuente unilateral, es decir que puede afectar solo a un lado de la cabeza.
  • El dolor puede ser continuo o intermitente y  puede producirse en alguna posición concreta de la cabeza.
  • Restricciones en la movilidad de cabeza y cuello.
  • Otros síntomas son: aturdimiento, inestabilidad o incluso náuseas.
  • Dolor o sensibilidad en el cuero cabelludo.
  • Sensación de presión en el ojo.
  • Irritabilidad a la luz

¿Cuánto puede durar la cefalea por Neuralgia de Arnold?

Si no hay un tratamiento médico o de fisioterapia adecuado, el dolor será intermitente durante días o incluso semanas. Esto puede ocurrir por confundir la neuralgia de Arnold con otras patologías como la migraña o la cefalea, algo muy común. Por ello, siempre aconsejamos un cuadro como el que describimos arriba, te pongas en manos de un fisioterapeuta o un médico.

¿Cómo puede ayudar la fisioterapia en el tratamiento de la Neuralgia de Arnold?

La fisioterapia puede ser una opción de tratamiento efectivo para esta afección, y existen varias opciones de tratamiento que pueden ayudar a aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida del paciente. Entre los tratamientos fisioterapéuticos que se pueden emplear destacamos:

Ejercicios de estiramiento: Los ejercicios de estiramiento pueden ayudar a aliviar la tensión muscular en el cuello y los hombros, lo que puede reducir el dolor asociado con la neuralgia de Arnold. Un fisioterapeuta puede recomendar ejercicios para el cuello y los hombros específicos que se adapten a las necesidades individuales del paciente.

Terapia manual de fisioterapia y osteopatía: La terapia manual, como la manipulación osteopática o la terapia de tejidos blandos, puede ser eficaz para aliviar la tensión muscular en el cuello y los hombros, lo que puede reducir el dolor asociado con la neuralgia de Arnold. Sin embargo, es importante que este tipo de terapia sea realizada por un fisioterapeuta calificado y experimentado

Terapia de calor o frío: La aplicación de calor o frío en el área afectada puede ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor. Un fisioterapeuta puede recomendar la mejor opción de tratamiento para el paciente, según sus necesidades individuales.

Electroterapia: La  Electrolisis Percutánea Intrasular ecoguiada (EPI),  puede ser efectiva para aliviar el dolor asociado con la neuralgia de Arnold.

Educación sobre postura y ergonomía: Un fisioterapeuta puede ayudar al paciente a identificar y corregir cualquier problema de postura o ergonomía que pueda estar contribuyendo al dolor asociado con la neuralgia de Arnold. La educación sobre la postura y la ergonomía también puede ayudar a prevenir futuras recaídas de la afección.

Consejos para prevenir la neuralgia occipital

  • Es importante prestar atención a las posturas inadecuadas, como pasar largos periodos de tiempo con la cabeza orientada hacia arriba durante el uso del ordenador. Este hecho provoca una compresión del nervio y acortamientos de los músculos suboccipitales y de la nuca.
  • ¡Cuidado con el estrés! Favorece la aparición de hombros ascendidos provocando la presencia de puntos gatillos y contracturas en la zona.
  • No dormir boca abajo.
  • No llamar por teléfono manteniendo el mismo con el hombro.
  • Realizar estiramientos cervicales diariamente, mejorando de esta forma el tono de la musculatura relacionada con la columna cervical.
Equipo Masvitae

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15/Feb/2023

Cuando los músculos del suelo pélvico se debilitan, están muy tensos o han sufrido alguna lesión  (desgarro, episiotomía), puede dar lugar a alteraciones en el funcionamiento de los órganos pélvicos causando pérdidas de orina, prolapsos o dolor durante las relaciones sexuales, entre otros. La fisioterapia del suelo pélvico es una especialidad de la fisioterapia cuyo objetivo es valorar, tratar, mejorar y prevenir las alteraciones que se puedan producir en la zona del suelo pélvico, tanto en hombres como en mujeres.

¿Qué es el suelo pélvico?

El suelo pélvico son un conjunto de músculos y ligamentos que se encuentra en la parte inferior de la pelvis. Sostienen todos los órganos pélvicos (vejiga y uretra, útero y vagina; y recto) y aseguran su normal funcionamiento.

fisioterapia del suelo pelvico

Funciones del suelo pélvico

  • Función de continencia

El suelo pélvico se encarga de contener la orina, las heces y los gases.

  • Función de sostén

Una de sus principales funciones es mantener en la posición adecuada a los órganos situados dentro de la pelvis (vejiga, vagina, útero y recto), y actuar junto con otros músculos en la estabilidad lumbar.

  • Función sexual

    Un suelo pélvico en buen estado va a garantizar que las relaciones sexuales puedan tener lugar y además sean placenteras. Cuando éste está alterado surgen problemas y dificultades en las reacciones sexuales.

  • Función reproductiva

    Durante el parto, si los músculos del suelo pélvico tienen un tono adecuado ayudarán a que el bebé rote y favorecerá la salida del bebé al exterior.

    Síntomas de un suelo pélvico dañado

  • Incontinencia urinaria.
  • Incontinencia fecal o de gases
  • Estreñimiento.
  • Dolor pélvico.
  • Urgencia miccional
  • Dolor de espalda.
  • Disminución de la sensibilidad en las relaciones sexuales.
  • Dificultad para alcanzar el orgasmo
  • Dolor o imposibilidad para llevar a cabo la penetración.
  • Dificultad en el hombre para mantener una erección.
  • Incontinencia urinaria
  • Diástasis abdominal
  • Descenso de órganos (prolapso)

Causas de la disfunción del suelo pélvico

Las disfunciones del piso pélvico son causados por un daño acumulado tanto de las estructuras de sostén como los mecanismos que la controlan.  Existen múltiples factores que pueden dar lugar a esta patología, entre las que destacan: el embarazo, el parto,  la menopausia, el envejecimiento y algunas patologías crónicas como la obesidad, la diabetes, la tos crónica, etc.,).
En el periodo post reproductivo casi la mitad de las mujeres puede presentar algún tipo de prolapso genital o algún tipo de incontinencia de orina.

A quién afecta

Afecta tanto  a hombres como a mujeres, sin embargo, es más frecuente en mujeres en torno a los 40 años y después de la menopausia.

Cómo puede ayudar la fisioterapia del suelo pélvico: Tratamientos

Hay muchas  mujeres y hombres que piensan que tener problemas de suelo pélvico es «ley de vida» y que hay que conformarse. Además en televisión la única solución que nos dan son las famosas compresas para los «escapes». Hoy queremos desmitificar esta leyenda. Existen tratamientos  para mejorar un suelo pélvico dañado y para  prevenir su disfunción; entre ellos está la fisioterapia del suelo pélvico.

En primer lugar el especialista de suelo pélvico realizará una entrevista para realizar una historia clínica (conocer si ha tenido embarazos, cómo ha sido el parto, como es su trabajo, si coge mucho peso, cuantas horas pasa de pie, si practica actividad física, etc).

Posteriormente se realizará una valoración y diagnóstico de fisioterapia, junto con la puesta en marcha de un plan de tratamiento personalizado para cada paciente.

Entre los tratamientos que combinará el especialista, según el caso, están: la terapia manual y miofascial, el masaje perineal, los ejercicios de suelo pélvico, la gimnasia hipopresiva, técnicas comportamentales y el tratamiento mediante electroestimulación.

Tanto la primera consulta como las sesiones de tratamiento las realizará una especialista en suelo pélvico con la finalidad e que se hagan de una forma correcta para maximizar los beneficios.

En que casos está indicada la fisioterapia del suelo pélvico

Está indicada para los siguientes casos:

  • Embarazo: Tonifica y flexibiliza el suelo pélvico y lo prepara para el
  • Postparto: Revisa y trata las cicatrices (episotomía, cesárea) y fortalece la musculatura para evitar pérdidas de orina o prolapsos.
  • Disfunciones sexuales: Como vaginismo, molestias en las relaciones, cicatrices dolorosas, disfunción eréctil.
  • Incontinencia urinaria.

 

En masvitae contamos con el apoyo de un equipo multidisciplinar de profesionales especialistas conformado por fisioterapeuta de suelo pélvico, ginecólogos, fisioterapeutas, médicos, psicólogas,..  quienes trabajan en conjunto para ofrecer la mejor alternativa y efectividad en el tratamiento. El enfoque multidisciplinario es fundamental ya que un porcentaje importante de los pacientes con patología del suelo pélvico, tienen más de una disfunción a la vez.

Si tienes problemas de suelo pélvico, recuerda que debes acudir a un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico, que es el único profesional formado, cualificado y legalmente capacitado para atenderte.


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08/May/2022

Qué es la espondilitis anquilosante

La espondilitis anquilosante forma parte de un grupo de enfermedades reumáticas autoinmunes denominadas espondilo-artritis axial.

Es una enfermedad inflamatoria reumática que afecta principalmente a la columna vertebral y las articulaciones sacroilíacas.

Se suele confundir con dolores producto de las malas posiciones, esfuerzos o movimientos bruscos lo que lleva, entre otras cosas, al diagnóstico tardío. En promedio, el paciente tarda más de 2 años en acudir al médico reumatólogo y diagnosticar la enfermedad.

Causas

La espondilitis anquilosante no tiene una causa específica conocida, pero hay una predisposición genética en aquellas personas que tienen un gen llamado HLA-B27. Sin embargo, solo algunas personas con el gen tienen la afección.

 

¿Cuáles son los grupos de riesgo?

Suele manifestarse en adultos jóvenes, con edades comprendidas entre los 20 y 30 años. Es más frecuente en hombres que en mujeres.

Hay que estar alerta para abordar al paciente de manera precoz, ya que se cree erróneamente que las enfermedades reumáticas sólo afectan a gente de edad avanzada.

Síntomas

Se recomienda estar atentos a la hora de identificar qué tipo de dolor tenemos para diferenciarlo de otras enfermedades.

  • El síntoma más frecuente es el dolor lumbar (entre la base de la columna vertebral y la pelvis) durante más de tres meses. Éste se caracteriza por aparecer de noche, incluso suele despertar al paciente con la necesidad, en algunos casos, de levantarse y caminar para que este dolor ceda.
  • Se acompaña de rigidez de columna por la mañana al levantarse, o después de periodos de inactividad, y mejora cuando el paciente comienza a movilizarse.
  • Dolor en el cuello y el cansancio.
  • Limitaciones para expandir la caja torácica.
  • Algunos pacientes suelen tener inflamación de las articulaciones, como hombros, y cuello y, más comúnmente, en miembros inferiores como rodillas, caderas y tobillos.

Con el tiempo, los síntomas pueden empeorar, mejorar o detenerse a intervalos irregulares.

Si los pacientes no son diagnosticados a tiempo y no reciben el tratamiento indicado por el especialista, el avance de la enfermedad puede afectar la vida del paciente, llegando incluso a causar discapacidad.

 

Tratamiento

Existen diversos tratamientos disponibles para controlar la espondilo-artritis como:

  • Analgésicos.
  • Antiinflamatorios no esteroideos.
  • Fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad.
  • Las terapias biológicas.
  • La fisioterapia.

Esta enfermedad causa un gran impacto y afecta a las diferentes esferas de la vida de las personas, desde la familiar y social hasta la académica y la laboral. Por ello, los pacientes necesitan los tratamientos para mejorar los síntomas de la enfermedad y su calidad de vida.

Importancia de la fisioterapia en el tratamiento de la espondilitis anquilosante.

El fisioterapeuta debe valorar al paciente mediante exploraciones globales y específicas para determinar el tratamiento individualizado que necesitará.

El tratamiento fisioterápico lo podemos clasificar en dos periodos:

  • Por un lado, abordaremos la fase agua o inflamatoria donde nos centraremos en reducir el dolor y la inflamación.
  • Por otro lado, los periodos de inter brote (no inflamatorios)

Podemos usar técnicas de fisioterapia como termoterapia, electroterapia de baja y media frecuencia, la tecarterapia o diatermia, la laserterapia y la electrolisis percutánea (EPI).  También es muy importante mantener una postura adecuada y el mantenimiento y/o aumento de la movilidad vertebral. Para ello es importante realizar un plan de ejercicios diarios y otras medidas de apoyo (p. ej., entrenamiento postural, ejercicios terapéuticos), que son vitales para fortificar los grupos musculares. También están indicados los ejercicios activos libres, asistidos y pasivos suaves y los estiramientos.

También es muy beneficiosa la natación ya que permite ejercitar todos los grupos musculares y aumentar la capacidad respiratoria. En Masvitae trabajamos la hidroterapia;  tenemos a nuestra disposición una piscina donde el fisioterapeuta puede trabajar con el paciente con terapias guiadas en el agua.

 

Si tiene algunos de estos síntomas acuda a un profesional para que valore si padece de espondilitis anquilosante y pueda obtener un tratamiento que le ayude a mejorar la enfermedad. En Masvitae contamos con un equipo multidisciplinar en el que apoyarnos para trabajar con el paciente de manera global todos los aspectos por los que pudiera estar afectado a consecuencia de cualquier enfermedad. También disponemos de profesionales cualificados y equipamiento avanzado para abordar y mejora la salud y calidad de vida de todos nuestros pacientes.

A continuación se ofrecen una serie de ejercicios para la práctica diaria facilitados por la Asociación Cordobesa de Enfermos afectados de Espondilitis Anquilosante (ACEADE).

1. Póngase de pie, con los talones y los glúteos contra la pared y el mentón metido. Incline la cabeza hacia atrás hasta tocar la pared y sosténgala hasta contar 5. Descanse. Repítalo 10 veces.

ejercicios para pacientes con espondilitis anquilosante

2. Siéntese en una silla rígida (en forma de L). Coja, con la mano derecha, por delante del pecho, el lado izquierdo de la silla. Extienda el brazo izquierdo por delante y después gírelo hacia la izquierda, llevándolo horizontalmente tan atrás como pueda y gire la cabeza hasta mirar por encima del hombro izquierdo; aguante esta posición. Después, empuje y gire un poco más; aguante esta posición y, a continuación, vuelva a la posición frontal. Repítalo 3 veces con cada brazo.

 

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3a. Siéntese con los hombros relajados y el mentón metido, mirando al frente. Incline la cabeza de lado hasta acercar al máximo la oreja derecha al hombro derecho; aguante la posición. Asegúrese que los músculos del hombro aún están relajados e inclínese un poco más. Después, vuelva a la posición vertical. (Cuando efectúe la inclinación lateral, el perfil de la n ariz debe continuar en el mismo sitio, para asegurarse que no gira la cabeza). Repítalo 2 veces con cada lado.

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3b. Incline la cabeza hacia atrás como recorriendo con la mirada la pared y el techo. Vuelva la cabeza a la posición vertical. Repítalo.
Ahora cambie e incline la cabeza hacia delante tanto como pueda hasta que el mentón toque el cuello. Vuelva a la posición vertical con el mentón metido. Repítalo.

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4. Acostado sobre la espalda, con las rodillas flexionadas y los pies planos sobre el suelo,

a) Ponga las manos sobre las costillas a la altura de los costados del pecho. Inspire profundamente por la nariz y espire por la boca empujando las costillas contra las manos mientras inspira. Repítalo 10 veces. (Recuerde que es tan importante espirar a fondo como inspirar profundamente).

b) Póngase las manos sobre la parte superior del pecho. Inspire profundamente por la nariz y después espire todo lo que pueda por la boca. Empuje las costillas hacia arriba contra las manos, mientras inspira. Repítalo 10 veces.

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5. Continúe acostado sobre la espalda con las rodillas flexionadas hacia arriba. Levante la ca-dera de manera que los glúteos no toquen el suelo y forme una línea recta desde los hombros hasta las rodillas.
Sostenga esta posición hasta contar cinco y baje. Repítalo 5 veces.

 

ejercicios para pacientes con espondilitis anquilosante

 

6. Continúe acostado sobre la espalda con las rodillas flexionadas hacia arriba y los pies sobre el suelo, levante los brazos por el suelo, de lado, hasta la altura del hombro. Con las rodillas juntas, tuérzalas hacia la derecha, intentando coger la parte exterior de su muslo derecho más cercano al suelo. Repítalo hacia la izquierda. Repítalo 9 veces.

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7. Acuéstese boca abajo, con la cabeza vuelta hacia un lado y las manos pegadas a los lados (si lo necesita, puede ponerse un cojín debajo del pecho, pero no debajo de la cintura, para estar más cómodo). a) Levante una pierna del suelo, aguantando la rodilla recta y asegurándose que el muslo se levanta del suelo. Repítalo 5 veces con cada pierna. b) Levante la cabeza y los hombros del suelo todo lo que pueda. Repítalo 10 veces.ejercicios para pacientes con espondilitis anquilosanteejercicios para pacientes con espondilitis anquilosante

8. Arrodíllese en el suelo «a cuatro patas». Extienda el brazo y la pierna opuestos paralelamente al suelo y sosténgalos así hasta contar diez. Bájelos y después repítalo con el otro brazo y pierna. Repítalo 5 veces con cada lado.

ejercicios para pacientes con espondilitis anquilosante

9. Todavía «a cuatro patas», encorve la espalda y doble el cuello hacia abajo de manera que mire a la parte delantera de los muslos. Luego tense los brazos de modo que no los doble por los codos. Levante la cabeza y allane o meta la espalda hacia abajo. (La parte delantera de las costillas hacia abajo y las nalgas ha-cia arriba). Repítalo lentamente y a fondo 9 veces.

 

ejercicios para pacientes con espondilitis anquilosante

 

 

 

Equipo Masvitae

 


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